domingo, 26 de febrero de 2017

20 series tag

Esta semana, como ya advertí la pasada que probablemente sucedería, no he conseguido terminar Rimas y leyendas de Bécquer. Tampoco he hecho nada que merezca ser reseñado (ni cine, ni teatro, ni visitas a ciudades, ni nada…). No quiere decir esto que haya sido una semana aburrida, ayer estuvimos celebrando el cumpleaños de mi novio y el mío (a mí, en realidad, me quedan unos días para hacerme un poquito más vieja), nos llevamos tres días, así que hacemos la fiesta juntos.
Así que, como por ahora estoy comprometida a publicar una entrada cada domingo, hoy voy a hacer un tag. No quería hacer uno hasta que no estuviera más asentado el blog, pero bueno, las circunstancias son las que son. Así que me lanzo con el 20 series tag que vi en el canal de Nube de palabras de Uka (lo podéis ver aquí: https://www.youtube.com/watch?v=BTgAPgVPdtY ) que me gustó mucho, ya que hace unos años yo era bastante seriófila, actualmente, circunstancias de la vida, no lo soy tanto, pero lo echo de menos. Así que, sin más dilación, allá voy:
1. Serie favorita
Supernatural
Aunque sólo sea por la longevidad de la serie diré que Supernatural. Empecé a verla en Televisión Española porque los actores me parecían guapos y me enganché. Luego, como es habitual, me la quitaron y tuve que hacer mil maravillas para seguirla. Actualmente llevo unas temporadas de retraso, pero sigo siendo fan de los Winchester. Ya digo que si estuviera en Netflix me apuntaba a la plataforma fijo.
2. Serie que te da vergüenza admitir que ves
Que la pregunta esté en presente me complica un poco la cosa, y es que, como he dicho, ahora mismo no estoy muy al tanto de las series y estoy siguiendo pocas. Si tengo que elegir una diré Cuéntame. Esta serie española, a mi juicio, empezó siendo una joya, pero ahora ha devenido en una serie de catastróficas desdichas para la familia Alcántara. Todo lo que les puede pasar, les  pasa, lo que resulta bastante inverosímil. Sea como sea, yo la veo cada jueves. No encuentro alternativa mejor.
3. Personaje favorito
En cada serie hay uno, claro está. Me voy a quedar con tres, voy a hacer trampa. Dos de Juego de tronos,  Jon Nieve  y Daenerys, y uno de Supernatural, Dean Winchester. Los tres representan unos valores que me gustan y con los que me siento identificada, son valientes, justos y leales.
4. Serie a la que te has enganchado sin esperarlo
Resultó que enganché mucho, e incluso me enfadé cuando la retiraron, a Con el culo al aire de Antena 3. Era mi dosis de risa semanal.
5. Con qué personaje cambias de canal
Me cae muy mal Cersei de Juego de tronos, pero creo que lleva la palma un personaje que salía en True Blood, la puritana esa que luego resulta ser… no sigo que hago spoiler. Sarah Newlin, se llamaba. Me atacaba los nervios.
6. Qué serie de TV quieres protagonizar
Once upon a time, yo siempre he querido ser un personaje de cuento. No hay duda en esta pregunta.
7. Serie de tu infancia
¿Una solo? Hago trampa de nuevo, sorry. Empecemos las más viejas: Los tres mosqueperros, los Fruitis, Sailor Moon, los músicos de Bremen… Luego ya en mi infancia más consciente: Pokémon, El inspector Gadget, Slayers (Reena y Gaudi, ¿por qué no ponían más temporadas, por qué?), La banda del patio, Pepper Ann, Salvados por la campana, Blossom, California Dreams, y, sobre todo dos: Digimon y Las Gárgolas. Sin todas estas series (fijo que me dejo alguna) yo no sería yo, pero de las dos últimas fui muy fan.
8. Crush de TV
Uhmmm, como personaje me gusta Jon Nieve, pero como Crush elijo a Robb Stark de Juego de Tronos. Tanto en la serie como en los libros. Maldita Boda Roja. Maldito George R. R. Martin.
9. ¿Alguna vez te has puesto de tono de llamada la canción de una serie?
Cuando los móviles tenían como tecnología punta el politono, a mí cuando me llamaban sonaba la musiquita de… ¡El equipo A! No me ha gustado nunca la serie, creo que no he visto ni un episodio, pero me encantaba la melodía…
10. ¿Qué serie has abandonado tras muchas temporadas?
Águila Roja. Me cansaba mucho, se me hacía repetitiva, y a mi novio no le gustaba, así que cuando nos fuimos a vivir juntos, se acabó.
11. ¿Has forrado tu carpeta con fotos de series?
Con fotos de series y con fotos de cantantes. Era un mix.
12. ¿Cuál es la mayor locura que has hecho por una serie?
Con Dexter me enganché tanto que veía muchos capítulos seguidos. Ha habido días que he perdido horas de sueño. No es una gran locura, mas no se me ocurre otra cosa.
Dexter, ¿héroe o villano?
13. Malo favorito
Si consideramos a Dexter malo, él. Si no… Lex Luthor de Smallville, pero en las primeras temporadas. ¡O el Pingüino de Gotham! Qué grande es este último también…
14. Serie que le gusta a todo el mundo menos a ti
Respuesta impopular: Breaking Bad. No me enganchó en el primer episodio y no he tratado de continuar viéndola.
15. Mejor final de una serie
Diré, por espectacular, el final de la segunda generación de Skins (la inglesa, la americana ni he probado a verla), que es la cuarta temporada. Me dejó las tripas revueltas. Tanto que jamás pude con la tercera generación.
16. Mejor piloto de una serie
Topicazo: Lost. Eso sí, sus últimas temporadas y su final me parecieron horribles.
17. ¿Has visto una serie dos o más veces?
He visto la primera temporada de Slayers, Digimon y Gárgolas miles de veces, cada vez que las ponían en la dos. Ya de adulta no. No tengo mucho tiempo para ver series  como para repetir.
18. Series pendientes
Buff… Que empiezo: Los Soprano, Mad Men, Sons of Anarchy, A dos metros bajo tierra, The Fringe, Stranger Things, Black Mirror… Y alguna más de la que seguro me olvido.
19. Pareja perfecta en series
Yo no me fijo mucho en esto… Voy a decir que Sheldon y Amy de The Bing Bang Theory, aunque sólo sea por lo mucho que me río con ellos.
20. Alguna frase de serie con la que hayas estado obsesionado

Pues obsesionada no, aunque me encanta decir, allá por noviembre cuando empieza a hacer frío, eso de “Winter is coming”. O por qué no: “Los Lannister siempre pagan sus deudas”, o tal vez “Lo que está muerto no puede morir”. Y saliendo de Juego de Tronos, más de una vez empiezo, en plan coña el exorcismo de Supernatural… “Exorcizamos te, omnis immundus spiritus…” Ya no me sé más. Claro que esto solo lo hago si está mi hermana presente, porque nadie más lo entiende… En serio, tenéis que ver Supernatural, tiene su encanto.

Winter is coming


Antes de acabar: Pablo Ráez, has sido y serás un ejemplo y un motivo inspiración para muchos. Un superhéroe.

domingo, 19 de febrero de 2017

El guardián invisible de Dolores Redondo

Pensaba que no lo iba a acabar a tiempo para la entrada de esta semana, pero sí, ayer por fin terminé el primer libro de la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo: El guardián invisible. No recuerdo muy bien cómo supe de esta trilogía, aunque sí que estoy segura de que me interesé por ella cuando ya estaban los tres publicados. Esto está bien porque así no sufres al tener que aguardar a que saquen el segundo, y después el tercero (ánimo Patrick Rothfuss, tú puedes acabarlo), pero por otro lado, esta espera entre libro y libro, tiene su encanto. Sea como fuere, las tres partes llegaron de golpe a mis estanterías para Reyes. La verdad es que Dolores Redondo alcanzó mucha fama con estas novelas, tanta que en marzo se estrenará la película que se corresponde con este relato, y probablemente vaya a verla. Ya os contaré.
Portada de El guardián invisible

Título: El guardián invisible
Autora: Dolores Redondo
Editorial: Ediciones Destino
Año: 2016
Páginas: 431
Género: crimen y misterio

Sinopsis:
«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal.

Mi opinión:
Cuando empecé a leer El guardián invisible, tenía las expectativas bastante altas, y es que la novela se había traducido a varios idiomas y, además, ya estaba anunciada la película. He de reconocer que me enganchó enseguida, Dolores Redondo plantea los asesinatos desde el principio de una forma muy enigmática y la ceremonia del criminal es extraña e intrigante. Por otro lado, está la historia personal de la protagonista, Amaia, que deseas desentrañar desde que hace acto de presencia en la narración, pues intuyes que es muy oscura.
El libro es muy del estilo de las series de policías que tanto se han puesto de moda actualmente, una de las primeras fue C.S.I., aunque también se pueden citar otras como Caso abierto, True detective o Bajo sospecha, si pensamos en alguna española. De hecho el personaje de Amaia me recordaba mucho al de la protagonista de la primera temporada de Bajo sospecha, papel que interpretaba Blanca Romero. Pero Amaia es más complicada, por lo menos su vida lo es. También en la literatura vivimos una eclosión de este tema, pero bueno, yo por lo menos, aún no me he saturado y es de mis géneros favoritos.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el trabajo de documentación. A mí me da la sensación de que Dolores Redondo ha preguntado e indagado hasta la saciedad para saber cómo funciona una investigación policial (pruebas, plazos, temas legales, e incluso aspectos más feos como el proceso de descomposición de un cadáver). En cada asunto que nombraba, se notaba que había tenido un trabajo detrás para hacerlo creíble, por ejemplo cuando llaman a los especialistas en osos. Gracias a esto, el relato se hace muy realista.
En contraste con lo anterior, se introducen historias del folclore vasco-navarro. El basajaun, la Mari, las hadas, etc. Para los lectores que, como a mí, les encante la fantasía, los pasajes en los que se explican leyendas de este tipo les resultarán especialmente entretenidos y cautivadores. Tanto que a veces quieres conocer más y más. También usa el recurso de la adivinación con las cartas de la tía Engrasi. Y esta mezcla de realidad y fantasía es atractiva y funciona a la perfección. Por eso no entiendo por qué (***MINI SPOILER, SORRY***) llegado un momento, la autora decide dejar de lado las insinuaciones fantásticas y hacerlas reales. A mí esto me disgustó. ¿No estamos leyendo un libro policíaco, de misterio, de asesinatos, vamos: realista? ¿Por qué decir tan claro que estos personajes que están en el imaginario de un pueblo son reales, es decir, existen? Creo que con sugerirlo hubiera sido suficiente y que cada uno sacara sus conclusiones (***FIN DEL MINI SPOILER***).
En cuanto a los personajes, hay dos que destacan especialmente. Primero Amaia, una mujer atormentada por su pasado, que de niña sufrió un trauma horrible y éste la persigue. Y más aún al regresar a Elizondo, su lugar de origen y donde aconteció todo. La manera en que ella se ha sobrepuesto a sus miedos y ha conseguido hacer su vida es digna de admiración: es una mujer fuerte, que tiene un marido estupendo, es inspectora de policía y sabe imponerse a todos los micromachismos que sufre día a día demostrando su capacidad. No obstante, los fantasmas del pasado la acosan, y llega un momento en que explota y se hace débil. Me gustan los personajes que se rompen, los humaniza. La historia de la niña Amaia es tan truculenta y triste que a mí a veces me causó miedo, claro que yo no puedo ver películas de terror porque luego no duermo...
El otro personaje que considero que está muy bien construido es Flora, la hermana de Amaia. También es tenaz y trabajadora. Ella se ha ocupado del negocio familiar y lo ha sacado adelante, ha convivido con un esposo borracho y cuidado de su madre cuando enfermó. Sin embargo es egoísta, cínica y, muchas veces, mala persona, pues busca hacer daño.
Alrededor de Amaia giran otros individuos que tienen más o menos protagonismo, algunos me han parecido prescindibles o al menos poco desarrollados (a mí la historia de Montes se me queda coja), pero no puedo juzgarlo, pues sólo me he leído la primera parte, tal vez en las otras dos tengan más relevancia.
Se suele presentar todo desde la perspectiva de Amaia, mas en determinadas ocasiones vemos a través de los ojos de otros. Esto aporta dinamismo a la historia, ya que tenemos distintos puntos de vista y más datos sobre las personas que aparecen en la narración.
Como ya he dicho, me ha gustado especialmente esa mezcla de realismo y mitología, así como la tremebunda historia de Amaia, que te mantiene en vilo gran parte del relato. Como curiosidad diré que aparece Ainsa, un precioso pueblecito del Pirineo al que si no habéis ido, tenéis que ir. Además hay que reconocer que se lee muy rápido y engancha.
En la otra cara de la moneda, no me ha gustado que, tras ponerte la miel en los labios con la intriga de los asesinatos, la autora no explota este misterio, llega un momento que el caso queda en un segundo plano y sólo se desarrolla la historia personal de Amaia. Que también es muy interesante, sí, pero hubiera preferido que ambas cosas avanzaran al mismo tiempo. También considero que las dos cosas, tanto el trauma de Amaia como los homicidios, se resuelven de repente, sin un proceso. Sobre todo la investigación policial, todo queda para el último capítulo, como si Amaia despertara de un sueño con las ideas claras. Creo que el haber mantenido la tensión durante más tiempo, con pequeños avances, con más sospechosos, etc., hubiese sido más efectivo (aunque también más típico, he de reconocerlo). Es mi opinión, y no tiene por qué ser compartida.
El final es abierto, ya nos pone en canción con otro misterio que supongo que se resolverá en el segundo libro. No sé cuándo lo leeré, porque el jueves empezó el segundo cuatrimestre en la UNED y ya tengo que ponerme con Rimas y leyendas de Bécquer, así que creo que este clasicazo será mi próxima reseña sobre un libro, aunque lo que ya no sé es si será la semana que viene o a la siguiente.
En fin, el libro me ha gustado, a pesar de los pequeños peros que le he sacado. Me ha resultado ameno y quiero leerme el resto para saber si esas cosas que a mí me parece que han quedado colgando, que la autora deja inconclusas, o que no les da el protagonismo que se merecen, tiene un desarrollo. Si os gustan los libros de misterio y lo relacionado con la mitología os lo recomiendo, acertaréis seguro con esta lectura.

Citas:
“La muerte es el fin del miedo, y saberlo casi la hizo feliz”.
“El factor miedo en los niños tiene bastante más que ver con el terror imaginario que con los horrores reales”.

“En ocasiones el rechazo no está en quien recibe sino en quien se siente ajeno”.
Reparto de la película basada en el libro

domingo, 12 de febrero de 2017

Tarde para la ira, y noche para el cine

Amaneció un sábado lluvioso, justo después de haberme quitado de encima el examen de la UNED. El cansancio de una semana de intenso estudio, me demandaba un plan tranquilo para la noche. ¿Qué mejor que ir al cine? Había pasado toda la semana vigilando la cartelera, observando cómo la ganadora del Goya a la mejor película permanecía en exhibición en dos salas, temblando porque la fueran a retirar antes de que pudiera ir a verla... como ya me pasó la anterior vez.
Cartel de Tarde para la ira
Y es que Tarde para la ira estuvo poco tiempo (y en pocas pantallas, y con pocos pases) en los cines de Zaragoza cuando se estrenó. O al menos eso me pareció a mí, porque el día que quise ir, ya había desaparecido. Me fastidió mucho, porque realmente tenía muchas ganas de ver a Raúl Arévalo al otro lado de la cámara. Así que, cuando ganó el gran premio del cine español, me alegré mucho, principalmente porque sabía que eso significaba que volvería a tener la oportunidad de ir al cine a disfrutarla. Aunque, aquí, en mi ciudad, tan sólo se ofrecía en dos pantallas y con un horario más que limitado. Tuvimos que ir hasta Plaza (lejos, para los que no seáis de aquí), llegar justos de tiempo, pagar el precio completo porque en Yelmo Cines no aceptan el carnet joven (¿por qué? Con el poco tiempo que me queda para disfrutarlo y me quitan una oportunidad), abonar un precio desorbitado por unas palomitas, un refresco y un botellín de agua (era la hora de cenar, algo teníamos que comer) y entrar con la sala a oscuras pues ya había empezado la proyección, algo que odio. Benditos anuncios que permitieron que la pudiéramos visionar entera. A mí me gusta ver trailers en el cine, soy así de rara. Lo que no me agrada nada es que me pongan los mismos anuncios que ya veo en la televisión, yo voy a disfrutar un rato del séptimo arte, por favor, no me interesa la publicidad de coches.
Y volviendo ya a la película, Raúl Arévalo como actor me encanta, y, sinceramente ahora que lo he visto en el papel de director, no sé de qué manera lo prefiero. Se nota que él sabe de esto, que ha consumido cine hasta la saciedad y que ha aprendido de los directores con los que ha trabajado. Lo demuestra la manera en la que maneja la tensión, la forma de narrar la historia, el trabajo impecable de los actores, la manera de retratar los sentimientos de los personajes. Muy bien, Raúl, muy bien. Me alegro de que la Academia te reconociera el trabajo que hiciste. Si esta es tu ópera prima, ¿qué vas a hacer después? Espero ansiosa para verlo.
En cuanto a los actores, Antonio de la Torre está fantástico, como en todas las películas en las que lo he visto. Este género se le da especialmente bien, pero no me olvido de ese despreciable personaje de Gordos, cínico y egoísta, que tan bien interpretó. Esta vez no te llevaste el Goya, no puede ser todos los años.
El que sí que se lo llevó fue Manolo Solo, como actor secundario. Un papel corto, tanto que llamarlo secundario a mí se me hace grande, pero bueno, es cierto que el rato que aparece en pantalla es uno de los mejores de la película, aunque sinceramente, a mí me parece que lo es gracias a Antonio de la Torre y, sobre todo, a Luis Callejo. Tal vez la gente no coincida conmigo, pero Luis Callejo tiene mucha culpa de que la película funcione. Sobre todo esa parte, su mirada, junto con la música y la cara de póker de Antonio, hacen que la tensión llegue a la cumbre. Yo me removía en el asiento, “¿será capaz de hacerlo o no?”, me preguntaba. No soy más precisa por no hacer spoiler. Sí diré que, al final, José (Antonio de la Torre), lo hace, ante la incrédula mirada de un Curro (Luis Callejo), que espera atónito a que todo termine.
Y a partir de aquí todo cambia. Pasamos del orden al caos, de la armonía al desequilibrio, de la paz a la lucha, de la preparación a la acción, de la contención a la ira. Pero una ira sosegada, medida. Una furia que el personaje de José ha acumulado, ha guardado para sí, la ha hecho suya y sabe gestionarla tan bien que tú, como espectador, y Curro, como testigo, te sorprendes, pues esperas que él se muestre como un desequilibrado, como un demente, pero no, el personaje te parece excesivamente normal. Y eso te agita por dentro, te conmueve, y te hace sentir y pensar. Algo indispensable en una película, al menos para mí, que no me deje fría. Que salga del cine y algo haya cambiado.
José está tan obsesionado con llevar a cabo su venganza que todo lo demás le da igual. Pero a ti no. Tú eres consciente de todo lo que se está rompiendo, de cómo José arrasa con todo, hasta consigo mismo, todo con un traje de pasividad inaudita. Y sientes pena por él. Sobre todo en esa una escena en la que le relata a Curro por qué lo hace, cómo está deshecho por dentro, vacío, tanto que no le importa lo que a él le pase. Sólo quiere acabar.
Arévalo nos muestra una parte de la sociedad que ha aprendido a sobrevivir a base de la delincuencia. Es tan realista el retrato que se hace, que a veces llega a lo grotesco, y con eso consigue un efecto de rechazo en los que asistimos a la narración. La historia empieza en un barrio de clase media-baja, con gente que vive con lo justo, y que es feliz. Feliz porque ha hecho lo que tenía que hacer para salir adelante, y se ha perdonado los errores. Pero José no ha olvidado lo que hicieron, y hará justicia.
No os engañéis, no es una película de mucha acción. Yo diría que es un filme que se basa en la tensión, en tener al espectador en vilo. El manejo de los planos, del sonido, la música, produce la sensación de estar al borde del abismo gran parte del metraje, hasta que, Arévalo, en ocasiones nos deja caer y otras nos da la mano para rescatarnos.
Por sacarle algo negativo, diré que a mí no me queda muy claro por qué se realiza el atraco a la joyería que desencadena todo y cómo convencen a Curro para que participe. Igual me perdí algo masticando palomitas y no me enteré. Además, aunque a mí me haya gustado mucho, he de decir que los que estaban delante de nosotros salieron de la sala diciendo que había sido horrible. Como ya dije con La la land, para gustos, colores.
Durante los alrededor de noventa minutos (duración perfecta, no hacía falta más, y tampoco menos) en los que se extiende la cinta, Arévalo nos enseña tan sólo el desenlace de un plan que llevaba ocho años fraguándose. Es la historia de un hombre tranquilo, apacible, al que por dentro le bulle la rabia, hasta que explosiona en silencio. Y eso te hace cuestionarte hasta qué punto conocemos a las personas, cuánto ocultamos y qué dejamos ver a los demás.

Es un filme cuya estética recuerda mucho a La isla mínima  y tal vez a No habrá paz para los malvados, pero que Raúl Arévalo ha sabido llevar a su terreno, con un estilo que tiene ese toque personal que le hace falta a un buen director. Así que, ¿para cuándo la próxima, Raúl?
Raúl Arévalo con su Goya a mejor director novel

domingo, 5 de febrero de 2017

Batman Black and White

Hoy me toca hablar de superhéroes. Primero porque ayer fue el Día Mundial contra el Cáncer, y todos los que luchan contra esa cruel enfermedad son auténticos superhéroes. Segundo porque anoche fue la gala de los premios Goya, y los que hacen cine en España son otros superhéroes. Y no me refiero solamente a los que aparecieron en la televisión ayer, esa es la cara amable y afortunada. Los rostros menos conocidos (entre ellos gente con la que he compartido aula durante mis años de universidad) son los que realmente se merecen ese calificativo. Triste es el dato de que únicamente el ocho por ciento de los actores pueden vivir de su trabajo. Aunque si pensamos en los escritores que pueden vivir del suyo… desconozco ese número pero seguro que es irrisorio y penoso. Pero bueno, cada país tiene lo que se merece, y nosotros parece ser que nos merecemos poca cultura.
Y por último, y menos importante (aunque va a ser lo más extenso de la entrada), voy a hablar de uno de mis superhéroes favoritos: Batman. En concreto del cómic Batman Black and White.
Me compré este libro hace bastantes años en la feria del cómic de Madrid. En mi primer año de universidad (en Zaragoza, luego me trasladé a Madrid) tuve una asignatura que abordaba la imagen, uno de sus apartados trataba sobre las novelas gráficas, y en éste nos hablaron de este libro de Batman. Mi memoria retuvo el título y al verlo en un stand me lo compré con la ilusión de leérmelo. Pero no lo hice.
Y es que, por desgracia, no soy nada aficionada a los cómic, me cuesta meterme en las historietas. No obstante, este año me había propuesto leerme alguno y he empezado bien. Escogí éste precisamente porque en cuestión cinematográfica, las películas de superhéroes son de mis favoritas (sí, es contradictorio con eso de que no me gustan los cómic, así soy yo), y el Batman de Christopher Nolan simplemente me fascina. Aunque en cuestión de este personaje de DC sólo la trilogía de Nolan cuenta con mi admiración. Y mira que Tim Burton es de mis directores favoritos, y mucha gente opina que la oscuridad de Burton era la adecuada para alguien como Batman, pero yo discrepo. Burton se inclina por lo esperpéntico, y Batman no lo es. El Batman que Nolan nos muestra es un hombre atormentado que opta por hacer el bien, y eso es lo que engancha. Volviendo a lo que nos ocupa, por estos motivos he empezado mi aventura con las novelas gráficas con este cómic.
Batman Black and White
Título: Batman Black and White
Autor: varios
Editorial: Planeta DeAgostini
Año: 2005
Páginas: unas 222 (sin contar las pinups del final)
Género: cómic, superhéroes
Sinopsis:
El título es simple. El talento espectacular.

Mi opinión:
Como ya he dicho, no soy una entendida en cómics precisamente porque he leído pocos. Así que mi visión es la de una lectora inexperta, pero admiradora de ese superhéroe que, aunque no tiene poderes salva a Gotham una y otra vez y nos enseña que todos podemos ser héroes (just for one day, como diría Bowie).
Batman Black and White es una antología de historias cortas sobre Batman. Narraciones que tenían que cumplir la siguiente premisa: ser en blanco y negro. Genial para Batman, porque él es el contraste, el individuo que vive a caballo entre la luz que representa hacer el bien y la oscuridad de su rabia interna. En la introducción se nos cuentan los problemas que tuvieron para sacarla adelante Scott Peterson y Marck Chiarello, los encargados del proyecto, y como cuando se publica es un auténtico éxito ganador de varios premios (en 1997 gana los premios Will Eisner de la industria del cómic a la mejor antología y a la mejor historia por Héroes, y en 1998 gana el premio Harvey a mejor álbum gráfico de material ya publicado). Además se han hecho varios volúmenes de esta serie.
Cuando te enfrentas a este tipo de libro hay que tener en cuenta que son relatos individuales, el factor “enganche” que te hace leer y leer no existe, porque son capítulos autoconclusivos independientes unos de otros. Para mí ha sido como ser testigo del día a día del personaje más misterioso de DC. ¿Qué hace Batman cuando destruye a un supervillano? Pues se ocupa casos más cotidianos como los que se nos presentan aquí. Son narraciones poco desarrolladas precisamente porque son cortas, y gracias a esto se lee muy rápido. Algunas son especialmente simples, otras me resultaban algo incomprensibles.
Otro aspecto que me ha llamado la atención es que en muchas de ellas Batman es un secundario, los protagonistas son las víctimas y los villanos, el héroe sólo aparece al final para solucionarlo todo o simplemente para arrestar al malo, puesto que el mal ya estaba hecho. Tampoco se caracterizan por presentar una acción trepidante.
Al principio de cada historia se da información sobre los creadores, lo que es muy interesante, sobre todo para los entendidos. También se proporcionan bocetos y al final pinups.
Cuando lees este tipo de cómic ves la semejanza con el cine, eres capaz de imaginarte las escenas porque los dibujos son como verdaderos storylines, puedes vislumbrar cómo sería la película. Y es que es irrefutable que prima la imagen sobre la palabra, y esa fuerza visual es inmensa. Algunos de los dibujos son espectaculares, como los de Un tipo inocente de Brian Bolland (aunque la historia no me llamó especialmente), o como Monstruos en el armario de Kevin Nowland y Jan Strnad. Otros me recuerdan al arte pop como Atraco de Matt Wagner, que parece hecho con la técnica de puntillismo.
Hablando del argumento, la historia que más me ha gustado es Heroes de Gary Gianni y Archie Goodwin. La trama es más compleja, te quedas con ganas de que la extiendan más. También me gustó Pequeños crímenes, creo recordar que un capítulo de la serie Gotham trataba este tema: un hombre que asesina a gente por actitudes cotidianas que son realmente molestas. Precisamente por preservar la buena educación se cometía un crimen atroz. Habla de la pérdida de valores, de las pequeñas injusticias. También está muy bien La trompeta del diablo, con ciertos tintes sobrenaturales.
Son curiosas otras como Tal para cual, donde aparece Dos Caras, o Un mundo en blanco y negro, donde Batman y el Joker están haciendo un casting para ser personajes de cómic y se quejan de lo complicado del este mundo.
Lo más reseñable (aparte de las historietas que he nombrado) son los asombrosos dibujos, y que siempre se conserva el espíritu de Gotham. Queda claro que todos los autores son admiradores de Batman y lo tratan con sumo respeto. Y por supuestísimo el ya nombrado conflicto interior del personaje, lo que hace que este superhéroe para mí, sea de los mejores.
Lo que menos me ha agradado es que la traducción no es muy buena, hay fallos, además de algún loísmo. Y que al estar en blanco y negro vas dejando los dedos marcados al tocar el libro en el negro, y eso me irritaba. Pero bueno, la esencia del libro es que esté en blanco y negro, así que no tiene solución. Y, por último, que no aparecen muchos villanos conocidos, o al menos no con el protagonismo que se merecen.
Conserva ese tono moralizante típico de las historias de superhéroes, eso de que hay que eliminar el mal y que hay que actuar correctamente. Eso de que Batman nos salvará a pesar de que la corrupción predomine en la ciudad, pues no se pueden sacrificar almas puras por unas cuantas descarriadas. Se critican aspectos políticos y sociales, hay un relato que referencia claramente el uso de menores para el crimen.
Como curiosidad diré que aparece nombrado Donald Trump, un personaje le dice a Batman: “¿Quién eres Donald Trump, Bruce Wayne?” En mi opinión, mejor nos iría si fuera Bruce Wayne el presidente de Estados Unidos actual.
Como conclusión confesaré que empecé a leer algo escéptica, pero que poco a poco le fui cogiendo gusto al cómic. Aun así, creo que este libro en concreto está pensado para personas aficionadas a este mundo, que conocen sus entresijos, pues ellos son los que van a gozar de las curiosidades que presenta. Sin duda una edición para coleccionistas.
Citas:
“El colapso de la educación es el prefacio al colapso de la educación”

“Todos los dibujantes de cómic tienen un personaje favorito que siempre han querido dibujar. A algunos les encantaría dibujar una historia de Superman, otros siempre han querido dibujar a Spiderman desde que eran pequeños. Lo curioso es que todos los dibujantes quieren dibujar a Batman. Lo complicado es cuando llega el momento de sentarte y tienes que dibujar al personaje más enigmático de los cómics. Es el momento de la verdad, ¿cuál es tu versión?”