sábado, 26 de agosto de 2017

Dunkerque, una película de guerra

¡Sorpresa! Ya sé que dije que actualizaría cada dos semanas, pero como voy a estar un tiempo sin internet, he decidido subir una entrada ahora que puedo. Cuando la conexión vuelva a mi vida, regresaré con energías renovadas.
Cartel de Dunkerque
Hoy, como adelanté, toca reseña de película. En concreto de Dunkerque. Y los que os paséis a menudo por aquí, diréis: "oh, Dios mío, ¡pero si no es de superhéroes!" Sí, a veces veo otras cosas en el cine.
De nuevo las buenas críticas jugaron un papel muy importante a la hora de decidir si iba o no a las salas o la dejaba pasar. Aunque, si soy sincera, lo que realmente me convenció es que estaba firmada por uno de mis directores favoritos: Christopher Nolan (el que creó  las tres mejores películas de Batman a mi parecer).
Sin embargo, en Dunkerque prescinde de algunos de sus rasgos más característicos. El más destacable, el de los elementos fantásticos. Lo que nos presenta es la cruda realidad de una guerra, nada más.
Y cuando digo esto, lo digo muy en serio. La protagonista es la guerra. Por eso pienso que Dunkerque no es una película para todos, de hecho a mi novio no le gustó, y tenía ingredientes para que a él le gustara (acción, efectos especiales). Lo que le sucede a este filme es que no deposita el peso en los personajes. Nolan no quiere que terminemos de empatizar con ellos porque lo que nos está narrando es algo más inmenso: un conflicto bélico. Y transmite la verdad de la contienda: da igual quién seas y lo que hagas, estás metido en esta batalla y la muerte acecha. La guerra no hace distinciones, se lleva por delante todo lo que puede.
Si llegamos a identificarnos con ellos es porque conocemos la historia real pero no porque sepamos mucho de ellos. La verdad es que no sabemos nada de su vida, sólo que se quieren marchar de ese infierno, algo totalmente lícito.  Los “protagonistas” (repito que la protagonista es la guerra) son instrumentos que Nolan usa para explicar partes de la guerra.
Los únicos de los que sí sabes algo y a los que terminas por querer, son los tres tripulantes de una embarcación que van al rescate de los soldados por un llamamiento que se hace. Esos anónimos para la guerra, terminan siendo los más cercanos al espectador en el relato. Son los que le dan un toque emotivo. Sin ellos, Nolan hubiera esquivado del todo el sentimentalismo.
Los soldados no son héroes dispuestos a sacrificarse por el resto de la humanidad. Están atrapados en esa inmensa playa y sólo quieren salir, porque si no, saben a ciencia cierta que morirán. Además son críos. Uno de los aviadores sí termina por estar algo más cercano al prototipo de héroe que acostumbramos a ver en las películas de guerra, pues lo da todo por derribar a los aviones del otro bando. Y tal vez el general, o capitán (no sé qué era, yo lo de los mandos no lo llevo muy bien), que se queda aunque "el barco" se hunda.
El enemigo no tiene rostro. Así se evita caer en el maniqueísmo tan manido en las narraciones bélicas. No podemos criminalizar a nadie en concreto, porque no los vemos. Nolan juega con que tengamos unos conocimientos básicos de historia para entender lo que está pasando.
Otra cosa que le alabo es que no se recrea en la masacre, en la sangre y en el dolor. La gente muere, pero no vemos miembros amputados ni cosas por el estilo. Lo que importa no es exhibir el horror, si no la sensación de agobio, la urgencia por marcharse y, mientras, la historia de los que van a su rescate.
Hay pocos diálogos y poca trama (es como una especie de documental ficticio), todo es muy sensorial. Los planos son maravillosos, la forma de manejar las secuencias también, y la música consigue que percibas la sensación de encierro que todos tienen. Está atrapados en un espacio abierto, rodeados de muerte, con un destino horrible delante de ellos. Dunkerque es dura. Es una narración que quiere mantenerse todo lo objetiva que puede, sin embargo, esto no le resta crudeza.
Una cosa que me gustó  y me disgustó al mismo tiempo, fue el uso de las líneas temporales. Nolan nos muestra exactamente tres que terminan por unificarse al final. Sin embargo, no sé si es por la traducción o porque no te lo esperas, al principio no queda muy claro. Yo me di cuenta cuando ya llevaba unos minutos en la butaca.
En definitiva, Dunkerque evita la mayoría de los clichés del género bélico y nos cuenta una historia sobre la guerra. No ambientada en la guerra, no hay una trama más allá que el narrarnos esa horrible situación que se vivió en Dunkerque. Es original, diferente. No os esperéis un nuevo Pearl Harbor o Salvar al soldado Ryan (esta última, he de reconocer que sí que me gusta). Nolan nos lleva a un nuevo nivel.

Ahora sí que me despido hasta dentro de dos semanas. Creo que volveré con reseña literaria. ¡Hasta pronto!

lunes, 21 de agosto de 2017

Wonder Woman o la creación de una superheroína

Había descartado ir al cine a ver Wonder Woman, demasiadas películas de superhéroes. Sin embargo, las insistentes críticas de que era de lo mejorcito de este género me animó a asistir a las salas cuando estaban a punto de retirarla. Y no me arrepiento, fue una grata sorpresa.
Wonder Woman

No conocía mucho de la historia de Diana (más conocida como Wonder Woman). Cuando apareció en Batman vs. Superman, me cayó bien porque a fin de cuentas, es prácticamente la que les soluciona todo el lío… Además, como mujer, me agrada ver que las representantes de nuestro género son igual o más válidas que los hombres.
Tengo que decir que casi todas las reseñas que he leído acerca de Wonder Woman van en esta dirección, de que es una película feminista porque ella es la fuerte, la que salva a los hombres. Sinceramente, a mí Wonder Woman me pareció que si blandía alguna espada, era la de la igualdad. Diana no se plantea en ningún momento si es mejor o peor que sus compañeros, ella hace lo que hace porque siente que es su deber, no por demostrar a nadie que una mujer puede hacerlo. Ella es inocente en ese aspecto. Se ha criado en un mundo sin hombres, y por ese motivo no se plantea que tenga que esforzarse para superarlos, ella actúa con normalidad y, sí, los supera. Y, precisamente, esta naturalidad con la que ella hace su “trabajo” es lo que más me sedujo de la película. Una mujer puede salvarnos, por supuesto, pero porque es la mejor, no porque tenga que probar que lo es. No sé si me he explicado bien. Es la utopía perfecta en cuanto feminismo. Si el mundo fuera como debería ser, no tendríamos que estar en constante lucha por nuestros derechos, porque, sencillamente, los tendríamos.
Y lo que ratifica mi teoría, es que Steve, el personaje masculino, no es tampoco “la damisela en apuros”, él también lucha, es un hombre íntegro que cree en la honradez y pelea por defender a los inocentes. También es un héroe, un héroe al que no le importa quedar eclipsado por Diana, porque es consciente de que ella puede llegar más lejos que él, y eso es lo que necesita la sociedad, y lo que importa en ese momento es el bien común, no unalucha de egos ni de sexos. Él tampoco se cuestiona si tiene que quedar por encima o por debajo de ella, solamente quiere hacer lo correcto. Y por ese simple motivo, acaba siendo un grandísimo personaje.
Más allá de si posee una parte feminista o no, Wonder Woman nos plantea la típica pregunta de si la humanidad merece ser salvada o condenada. Diana no sabe cómo somos nosotros (los humanos corrientes), y por ello presupone que somos buenos. Cuando sale de su isla y nos conoce tiene que formarse una opinión sobre nosotros. Y lo hace. Y la conclusión a la que llega es la mejor de todas.
Otro cliché del género que aparece es que, al final, el romance existe, aunque en este caso es lo que engrandece a la heroína. Me parece acertado el modo de tratar el amor, no se coloca en primer plano, es algo que está allí y que le da fuerzas a Diana para, en determinado momento, ser mejor.
Otro aspecto reseñable por su novedad es que Diana no tiene traumas. No es huérfana como Batman, no es un extraño en su pueblo como Superman, y si nos salimos de DC, no es un rarito como Spiderman, ni tiene ese problema de autocontrol que exhibe Hulk. Diana es un lienzo en blanco, y en esta película vemos la creación del personaje, ella descubre quién y cómo son las cosas en nuestro mundo ante nuestros ojos.
Creo que lo que más me entusiasmó es la entereza de los personajes. La historia no deja de ser una más de superhéroes, sin embargo los protagonistas me ganaron. Ella es fuerte, decidida, independiente y compasiva, una heroína perfecta. Steve es justo y honrado. Pero es que los tres compañeros que van con ellos a la guerra son unos “fracasados” adorables. El que no me convenció mucho fue el antagonista, Ares, tal vez porque yo a ese actor me cuesta verlo de malo…  (No os digo quién es para no chafaros la película si no lo habéis visto).
Como he dicho, Wonder Woman hace lo que hace porque cree que es lo correcto, y eso le da un encanto muy especial. Sin embargo, esta inocencia ya ha desaparecido, y en próximas entregas de la saga, Diana ya será distinta. El mundo habrá actuado sobre ella y ya dudará sobre su motivación para actuar. No sé si la segunda parte me gustará más o menos de lo que me gustó en ésta, lo que sí sé, es que le daré una oportunidad. A la que no tengo muy claro si se la daré es a La liga de la Justicia… Batman es mi favorito y Ben Affleck se ha cargado a mi héroe...
Por cierto, se ha criticado mucho que las Amazonas llevan las faldas muy cortas, que están sexualizadas. Bueno, en parte tienen razón, pero ¿visteis la escena en la Chris Pine sale prácticamente  desnudo? Algo sexualizado sí que estaba.
El equipo encargado de salvar el mundo

Dos cosas antes de terminar. Una, creo que actualizaré la semana que viene con otra reseña de película.

La segunda. Hoy he hablado de una superheroína de ficción, también he hablado de si la humanidad merece o no ser salvada. Actos tan atroces como los sucedidos la pasada semana en Barcelona y Cambrils me demuestran que hay grandes villanos en el mundo, pero también que hay muchísimos héroes que demuestran su valía cada vez que es necesario. No tengamos miedo, no seamos injustos y, juntos, luchemos para seguir adelante.

lunes, 7 de agosto de 2017

Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams

Hoy vuelvo a la carga con reseña literaria. Terminé este libro hace días, así que igual se me han olvidado algunos detalles, perdonadme si es así. Guía del autoestopista galáctico lo compré hace bastante tiempo porque lo había visto recomendado por varios bloggers y booktubers, así que cuando lo encontré bien de precio me lo auto-regalé, sin saber exactamente con qué me iba a encontrar.

Título: Guía del autoestopista galáctico
Portada del libro
Autor: Douglas Adams
Editorial: Anagrama
Año: 2005 (publicada en 1979)
Páginas: 285
Género: ciencia ficción, humor

Sinopsis:
Un jueves a la hora de comer, la Tierra es demolida para poder construir una nueva autopista hiperespacial. Arthur Dent, un tipo que esa misma mañana ha visto cómo echaban abajo su propia casa, considera que eso supera lo que una persona puede soportar. Arthur huirá de la Tierra junto a un amigo suyo, Ford Prefect, que resultará ser un extraterrestre emparentado con Zaphod Beeblebrox, un pirata esquizoide de dos cabezas, en cuya nave conocerá al resto de personajes que lo acompañarán: un androide paranoide y una terrícola que, como él, ha logrado escapar. Douglas Adams fue el creador de toda una serie de manifestaciones de la Guía del autoestopista galáctico: primero fue novela radiofónica, luego se convirtió en libro, series televisivas y teatrales, un juego de ordenador, cómics y toallas de baño. La película ascendió hasta las cumbres de la producción cinematográfica. Esta edición cuenta con entrevistas y materiales a partir del rodaje de la misma.

Mi opinión:
Definitivamente este libro no está hecho para mí. Intenté meterme en la historia de todas las maneras posibles, pero aparte de sacarme una media sonrisa de vez en cuando, no consiguió nada más. El humor absurdo del que hace gala no me sedujo para nada y, además, los toques de ciencia ficción me resultaban aburridos a veces.
Desde el principio me pareció raro. Nunca había leído nada así, y aunque no me convencía el estilo, le di una oportunidad. El gran problema que le encontré es que no tiene sentido nada. Si renuncias a buscárselo, puede que termine por gustarte. Pero yo no podía, me costaba entender tantas parrafadas que, si las analizabas, no decían nada. Supongo que la gracia está en lo inverosímil que es todo. No pasa nada coherente en todo el libro (será por eso de la energía de la improbabilidad que tanto protagonismo tiene en la novela) y ese, para mí, es su fallo. Yo necesito un hilo argumental que seguir, una historia con un sentido que me enganche. Yo os podría resumir el argumento de este texto en una frase, o tal vez en dos. Es una historia sin historia.
No obstante, parte de una premisa original: van a destruir la Tierra para construir una autopista. Y hay partes del desarrollo que son geniales, como que todo es una especie de conspiración a gran escala. O que se perciba un sustrato de crítica a la sociedad (burocracia, filosofía, pícaros, gobernantes…). Sin embargo, el hecho de que todo esté tratado con tanta superficialidad, sin tomarse nada en serio, provocó que su lectura no me llenara. Los personajes carecen de profundidad, simplemente son monigotes que están allí para no preocuparse por nada, llevados por la inercia de lo que les sucede. Son demasiado flemáticos. Tal vez sea por el lema de la Guía (que es como una especie de enciclopedia acerca de todo lo que tiene que ver con el espacio), lo de “que no cunda el pánico”.
Tiene puntos interesantes, como que te adelante lo que va a suceder cuando los misiles van a atacar la nace de los protagonistas. Te dice cuál va a ser el resultado antes de que ocurra, dice el narrador que lo hace para aliviarte la tensión. Está bien, pero yo no tenía ninguna tensión, el tono del libro me dejaba claro que nada de lo que pasara en la novela me iba a perturbar, dado que ni los mismos personajes se alteraban por ello. Sinceramente, me daban igual. No empaticé con ellos para nada.
Creo que el principal problema que tuve es que deseaba encontrarle algo más al libro, y tal vez no lo tuviera. Simplemente se trata de una narración de una historia mínima, con personajes poco desarrollados, con un humor peculiar y totalmente extravagante. Hay momentos en que se vislumbra una crítica hacia algunos aspectos sociales y para realizarla se valen de esta falta de seriedad, de ese exceso de ironía y burla.
Existe una película basada en el libro. Yo no la he visto, pero no podía dejar de imaginarme las escenas conforme lo iba leyendo. La verdad es que es muy visual, y tiene un ritmo muy cinematográfico, y eso es un punto a su favor porque hace que lo leas rápido.
Al final del libro hay unos anexos que hablan precisamente de esta película, entrevistas con los actores y cosas así. No los leí. No disfruté del libro lo suficiente como para interesarme por ellos…
Además, me enteré de que hay cinco libros, vamos que es una saga. Mucho tiene que cambiar mi forma de ver el mundo para que los lea.
Personalmente es un libro que no me ha marcado para nada, me ha dejado indiferente. Sin embargo, hay mucha gente que lo adora y lo considera una novela de culto. Así que no me atrevo ni a recomendarlo ni a no recomendarlo, sólo diré que está escrito para un público muy especial, que busca el absurdo como una pieza esencial de la trama. Eso no es malo, hay mucha gente a la que le gustan las historias así, a mí no. A los que os haya apasionado esta lectura, no me lo tengáis en cuenta, no todos tenemos los mismos gustos.
Bueno, y hasta aquí mi visión de Guía del autoestopista galáctico. Nos vemos en quince días. Seguramente con reseña cinematográfica.

Citas:
“La función del presidente galáctico no consistía en ejercer el poder, sino en desviar la atención de él”.
“-Yo preferiría, con mucho, ser feliz a tener razón.
-¿Y lo eres?

-No, ahí reside todo el fracaso, por supuesto”.