lunes, 29 de mayo de 2017

Mataría por ella (Sin City 2) de Frank Miller

Tras el breve descanso de reseñas de la semana pasada, en la que publiqué un relato mío que escribí hace bastante tiempo, hoy vuelvo a la carga con ellas. Como ya dije, esta semana tuve un examen de la UNED, así que he estado releyendo las Rimas y Leyendas de Bécquer (bueno, sobre todo las Rimas). Aunque tranquilos, que no voy a repetir reseña.
Antes de enfrascarme en el intenso estudio, me acabé un cómic que tenía bien guardadito en un cajón a la espera de ser rescatado: Sin City. Mataría por ella.
Me lo compré, al igual que el de Batman Black and White, en el Salón del cómic de Madrid y no lo había leído todavía. Así que me dije, ¿por qué no? Y de este modo acabé con él entre mis manos.
Título: Mataría por ella.
Autor: Frank Miller
Portada de Mataría por ella
Editorial: Norma editorial
Año: 2008 (cuarta edición)
Páginas: 206
Género: cómic, novela gráfica

Sinopsis:
Le lanzo todos los insultos imaginables. Ella consigue que mi nombre parezca música, como una invocación a un Dios oscuro.
Está resbaladiza por el sudor.
Pronto se me acaba el odio, pero ella no para. Me besa, y me halaga, y el fuego vuelve a renacer.
Me siento como arrastrado al suelo por un felino. Me devora, y se lo agradezco.

Mi opinión:
Adquirí este cómic (el segundo tomo de la colección, no hace falta leerlos seguidos) porque me había gustado la película de Sin City (Robert Rodriguez, Quentin Tarantino, Frank Miller, 2005). Ésta me había llamado la atención sobre todo por su estética: todo en blanco y negro excepto por algunos colores muy específicos (el rojo, el amarillo). La novela gráfica no es tan atractiva en este aspecto, pues a veces las imágenes son tan oscuras que apenas se distinguen.
Sin embargo, esto no quiere decir que no me haya gustado.
Al igual que el filme, el cómic nos lleva a este universo de Sin City, perverso, sórdido y aberrante. Allí, como su propio nombre indica, reside el pecado, o los pecados. Los personajes se guían por sus más bajos instintos y la lujuria, los celos, la avaricia y la violencia, es lo que determina sus acciones.
Nuestro protagonista, Dwight (que casi siempre nos narra en voz en off la historia), se mueve dominado por varios de los pecados capitales. Y aunque intente refrenarlos, la aparición de su antigua amante, Ava (el prototipo de femme fatale), hace que todo se desequilibre y se desencadena una trama de traición y muerte que no puede acabar bien.
El dilema ético está servido desde el principio. Dwight y Marv (otro personaje) no son malos tipos, pero la forma que tienen de solucionar sus problemas no es la adecuada. O tal vez sí lo es en Sin City. Ellos son delincuentes, alcohólicos, pero son de lo mejor que hay en la ciudad, y no dudas en ponerte de su parte.
En este cómic no existe la censura. Es una historia para adultos, donde el lenguaje es duro, las escenas de violencia son numerosas, y las sexuales no se esconden más que por el juego de blancos y negros.
En cuanto a las ilustraciones, me parece que transmitían exactamente lo que debían transmitir. Se juega con el realismo y la exageración para que el lector capte la esencia de los personajes. Y luego está la representación de la sangre, tan exagerada como si de una película de Tarantino se tratara.
Tal vez, lo que menos me ha gustado es la forma de mostrar a la mujer, pero no por su papel en el cómic, en el que sólo aparecen como bailarinas de striptease, camareras, prostitutas y Ava, que se mueve por interés. Ellas tampoco se libran de la corrupción moral de la ciudad, al fin y al cabo, hablamos de Sin City. Lo que no me ha parecido adecuado es que están de alguna manera cosificadas en el dibujo: provocativas, insinuantes, todo curvas. Están dibujadas para gustar, como ver la Interviú.
Así pues, lo que más me ha gustado es que, aunque no es la historia de la película, me he dado cuenta de que el filme capta muy bien la esencia del cómic. Y me han entrado ganas de verlo de nuevo.
Lo que menos, lo que he dicho de las mujeres.
Os recomiendo este libro si os gustan las historias así, donde no se sabe si hay buenos y malos o si son todos malos. Si no os llama esta premisa, absteneos, no os va a gustar. Yo aún tengo dos tomos más en casa, y creo que con paciencia los leeré.

Citas:

Pues no he apuntado ninguna… 

domingo, 21 de mayo de 2017

Un cuento triste

Lo escribí hace mucho tiempo. Al releerlo he pensado si corregir cosas o dejarlo tal cual. He preferido no cambiar nada. Le veo el encanto de mis primeros relatos y me da pena alterarlo. Espero que os guste.

Érase una vez una princesa sin nombre que entre el asfalto de una ciudad vivía. Sus labios eran rojos, sus sueños rosas. Deseaba el amor como el adicto la droga, pero era orgullosa, así que ningún príncipe había logrado romper la armadura de su corazón.
También había un villano marcado que entre rejas moría. Un error tatuó su destino, encerró su juventud y quebró su porvenir. Su vida era gris como los hierros que lo retenían y su único aliciente era acabar su condena.
Un verano en la playa, el calor juntó sus caminos. Él tenía un permiso de una semana junto con otros reclusos. En uno de sus paseos, que siempre tenían toque de queda, la vio tumbada en la arena. Algo en él se encendió por primera vez y no pudo evitar la tentación de hablar con ella.
Entre juegos, la princesa, educada entre lujos y buenas maneras, rehuía la compañía de Iván, que así se llamaba el villano, para evitarse problemas. Pero la atracción era más fuerte que cualquier moral y al tiempo cayó en sus brazos. Juntos se complementaban, el chico aprendió a sonreír y ella a abrir su corazón.
La joven nunca supo exactamente cuáles habían sido los delitos del chico, mas siempre tuvo constancia de que vivía en un reformatorio del que únicamente podía salir un día a la semana, día que él aprovechaba para llenar las paredes de la ciudad con graffitis que siempre firmaba. En la playa hacía lo mismo, dejaba su huella en cada esquina y cada roca de los acantilados con su clandestina marca, tan clandestina como el amor que les unía. Ella le contaba historias de libertad, le confesó que era la princesa de su ciudad, la más guapa, la más bella, de la que todos se prendaban, la más deseada, pero también la más difícil de conseguir, porque por algo era la princesa, una princesa entre villanos.
Él escuchaba atento y entendió que tras las pequeñas vacaciones en la costa, vigiladas siempre por sus carceleros, jamás podría estar con ella. Sin embargo, sus labios le hechizaban, adoraba la manera en que, coquetamente, dejaba caer sus pestañas, cómo acariciaba nerviosa su pelo y se sonrojaba cuando le dedicaba palabras bonitas. La desazón de saber que todo iba a terminar le quemaba, y corazón y razón luchaban encarnizadamente en su interior.
El último día que iban a compartir juntos en la libertad de la arena y el ardor del sol, discutieron. Discutieron porque sabían que era el fin, los nervios y el dolor afloraron en forma de rencor. Se gritaron con rabia, con odio, echándose en cara cosas que no existían, todo porque ambos sabían que su amor era imposible. Por la noche, se dirigieron los dos a los acantilados sin haberlo premeditado, intuyendo que el otro acudiría también y podrían despedirse. Los amantes olvidaron todo lo que se habían reprochado y se entregaron el uno al otro. Se quitaron la ropa para vestirse con besos. Para ella, él fue el primero; para él, ella fue la última.
Al calor de la playa lo sustituyó el calor del asfalto. Él no podía olvidarla, y cada tarde de libertad se iba a su barrio y se sentaba enfrente de su casa mientras fumaba un cigarrillo tras otro hasta que la veía salir, tan guapa como siempre, tan altiva como siempre. Nunca se atrevió a acercarse, a hablarle de nuevo. Pensó que ese amor destrozaría la vida de la princesa. Sus mundos eran muy distintos, muy lejanos. Ella poseía todo lo que a él le había sido negado, y sobre todo, tenía futuro. Iván, sin embargo, se veía acabado, derrotado por la vida, olvidado entre cuatro paredes. Así que se conformaba con mirarla y recordar aquellos días en los que había sido tan feliz a su lado.
Ella tampoco era capaz apartarlo de su mente y buscó el cariño que él le había dado en otros brazos. Abandonó su orgullo y cedió a las proposiciones que le ofrecían otros hombres que no amaba. Sin su villano no valía la pena conservar su coraza, ni tampoco su dignidad. Lo que no sabía la princesa, era que Iván espiaba sus deslices, sus idas y venidas con los ladrones de besos, sus intentos de calmar su suplicio en otros cuerpos que la joven no disfrutaba. Ya no quería ser princesa, sólo buscaba placer para encontrar el olvido. Cada vez que al caminar reconocía su firma junto a un graffiti en una pared, una punzada de dolor le invadía el pecho y creía morir, quería morir, pero sabía que ni en la muerte hallaría descanso de ese amor tan fuerte.
Iván, sin embargo, estaba ya muerto. Lo estaba desde la noche en que se había entregado a su princesa, porque había comprendido que la vida más allá de ella no existía. Cada vez que la contemplaba desnudando su cuerpo y ensuciando su alma con otros, moría un poco más al sentirse olvidado. La vida para Iván no tenía ya mucho sentido, quizá por eso se dejó matar.
Una tarde insultó a un ladrón de besos que se había propasado con su princesa. La chica había huido llorando y él no podía consentir que la única persona que le importaba sufriera. Lo provocó hasta que el otro sonrió tranquilo y sacó una navaja, Iván iba desarmado y supo que era el fin. No se le ocurrió mejor forma de abandonar ese horrible mundo que limpiando el nombre de su amor. Se dejó matar en esa pelea callejera, no luchó, permitió que lo acuchillaran, cada vez que la navaja atravesaba su cuerpo gritaba el nombre de la princesa, hasta en su último aliento pensó en ella.

domingo, 14 de mayo de 2017

De fiesta con los Guardianes de la Galaxia

Esta semana que termina hoy, se llevó a cabo en España lo que desde hace unos años se viene llamando la “fiesta del cine”. Esto consiste que durante tres días (los que menos afluencia suelen tener las salas de cine: lunes, martes y miércoles), las entradas son sensiblemente más baratas: 2.90 €. Con este reclamo se consigue que mucha gente acuda a las salas, llenándolas, cosa difícil en estos complicados tiempos que corren para el séptimo arte, ahogado por un precio excesivo de las entradas. Y eso que yo soy de Zaragoza, que en otras ciudades aún son más caras.
Sea como fuere, yo siempre aprovecho esta cita y voy feliz a ver un filme que me interese. Esta vez tenía en mente tres opciones:
  •         El guardián invisible: la adaptación del libro de Dolores Redondo. La descarté porque sólo se ofrecía una sesión a las 23.15. Teniendo en cuenta que la película duraba dos horas y que al día siguiente tenía que levantarme a estudiar, no me pareció conveniente.
  •        Es por tu bien: otra española, ésta de risa. La sesión era a las nueve, llegamos unos quince minutos antes y ya no había entradas…
  •        El círculo: protagonizada por Emma Watson y Tom Hanks, poco más sabía de esta cinta, pero los actores era suficientemente atractivos para que quisiera verla. Sucedió lo mismo que con la anterior, no había entradas.

A la desesperada nos decidimos por Plan de fuga, otra española. Sólo teníamos opción de primera fila. Teniendo en cuenta que el argumento no me llamaba demasiado, y que las críticas que había leído no acompañaban, ¿por qué sufrir tortícolis? La descartamos.
Cartel de la película
Así que, finalmente, y antes de rendirnos e irnos a casa desaprovechando el buen precio de las entradas, decidimos retrasar la hora de entrada al cine a las 22.15 y ver Guardianes de la Galaxia vol. 2. Al fin y al cabo, una de superhéroes suele ser por lo menos entretenida, sobre todo para mí, que me encanta el género y soy friki como la que más. El único problema era que, en mi intento por no engancharme a todas las sagas de Marvel  y DC, había evitado ir a ver la primera, por lo que tal vez me perdiera un poco en esta…
Sin embargo, he de decir que me alegra muchísimo que no hubiera entradas para mis primeras opciones, porque lo que me divertí con esta película no tuvo precio. Ese humor gamberro que destila desde el minuto uno me acompañó durante todo el tiempo que estuve en la butaca. Me reí a carcajadas, lo que no me suele pasar en otras películas de Marvel o DC, mucho más serias y oscuras, excepto por los típicos golpes de risa graduados en dosis suficientes para atraer a todo tipo de público. Si os lo estáis preguntando: tampoco he visto Deadpool (lo digo porque dicen que el humor de éste es muy ácido), ya he advertido que hago criba, no puedo ir a ver todo lo que se estrena.
Aun así, sí que existen ciertos lugares comunes de las películas de Marvel (y de DC). La típica ausencia de los progenitores del protagonista (aunque es un grupo, el que lleva mayor peso es Peter Quill, y él, prácticamente se ha criado su padres), que los héroes sean los raritos o marginados, y el ideal de lealtad entre los amigos o la familia. No obstante, a mí no me molestan, todas las películas de un género suelen tener unas características que las agrupan, son su identidad, lo importante es saberles dar un toque que las haga diferentes dentro de la uniformidad.
Hay ciertos aspectos que me llamaron mucho la atención. Por ejemplo, las escenas de violencia, no tenían tanto protagonismo como suelen tener en las películas de superhéroes. Las había, por supuesto, y no falta la batalla épica del final, pero en algún momento la cámara se detiene en algo que sucede paralelamente en el mismo lugar (generalmente algo gracioso) y obvia la pelea, siendo tan sólo un acompañamiento sonoro. También sucede al principio, cuando el bebé Groot baila mientras los demás hacen frente al enemigo. No vemos nada de la contienda, tan sólo al arbolito bailar. Por cierto, me enamoré de Baby Groot. Qué cosa más adorable, me encantaba… Yo quiero uno para mí.
También está muy bien el ambiente que recrea. Lo colores psicodélicos, los efectos… Le dan un aire desenfadado y optimista, desembarazándose del todo del aire oscuro de algunos superhéroes. La flecha de Yondu navegando en la oscuridad es un claro ejemplo de ello, es una escena de devastación, pero parece que estamos en una discoteca. También contribuye a ello la música, aportando un rollo retro que me encanta.
Y es que con esto ando un poco perdida, seguramente porque no he visto la primera, ¿en qué época estamos? La acción sucede fuera de La Tierra, por lo que no podía orientarme temporalmente, y la música, como ya he dicho, no es actual. Por no decir que Quill usa un walkman
Mezclar dos tramas también ayuda al dinamismo. Esto lo consiguen mediante la separación del grupo. Por un lado Quill, Gamora y Drax se van a Ego con el primero desaparecido y ahora aparecido padre de Quill, y con Mantis. Por otro lado, Rocket y Groot se quedan vigilando a Nébula, la hermana de Gamora, y se ven involucrados en una historia con los saqueadores liderados por Yondu. Al final todo confluye, pero al ir de un lado para otro, todo sucede con una rapidez trepidante que te mantiene concentrada todo el filme.
Quiero mencionar la colaboración de Sylvester Stallone, no sé si está también en la primera, pero a mí me parece un cameo interesante. También la tradicional aparición de Stan Lee y la inesperada y muy corta de David Hasselhoff.
El resumen, me lo pasé genial en el cine. El único pero que le pongo es que yo supe desde el principio quién iba a ser el malo, así que no me sorprendió mucho. Sin embargo, podría decir que he visto tantas películas de este tipo que es normal que les pille el truco enseguida, por lo que tampoco es tan horrible que me parezca predecible.
Baby Groot es tan adorable...

Puedo afirmar que ver Guardianes de la Galaxia vol. 2, me ha confirmado que soy una friki de las buenas, de esas que adoran a los superhéroes y que por mucho que luche contra esa vena, no puede hacer nada. Intenté no engancharme a los Vengadores y fracasé, lo mismo con Iron Man y con el Capitán América. Ahora estoy deseando ver la primera de Guardianes de la Galaxia y que saquen una tercera. En voz alta digo que no quiero ir a ver Spiderman, pero es que sale Tony Stark… espero resistir y esperar al menos a que la estrenen en Netflix o en la televisión.

Si os gustan este tipo de películas, yo os animo a verla, aunque no hayáis visto la primera, yo no me perdí. Es verdad que algunas cosas sobre las relaciones personales de los protagonistas a mí se me escapaban, pero no interfirió para nada en la comprensión de la trama. Así que si queréis pasar un buen rato, no os perdáis esta aventura de los Guardianes, no defrauda.

lunes, 8 de mayo de 2017

Legado en los huesos de Dolores Redondo

Ya sé que debería de haber actualizado ayer… pero me fue imposible, así que ¡más vale tarde que nunca!
La segunda parte de la Trilogía del Baztán llegó a mí para Navidad, como ya os conté cuando reseñé la primera parte (El guardián invisible) hace unos meses. Tras hacer un parón con otras lecturas, algunas obligadas, decidí retomar la serie. Y la vuelta a Elizondo no ha estado nada mal.

Título: Legado en los huesos
Portada de Legado en los huesos
Autora: Dolores Redondo
Editorial: Ediciones Destino
Año: 2016
Páginas: 553
Género: crimen y misterio

Sinopsis:
«Amaia dio un paso adelante para ver el cuadro. Jasón Medina aparecía sentado en el retrete con la cabeza echada hacia atrás. Un corte oscuro y profundo surcaba su cuello. La sangre había empapado la pechera de la camisa como un babero rojo que hubiera resbalado entre sus piernas, tiñendo todo a su paso. El cuerpo aún emanaba calor, y el olor de la muerte reciente viciaba el aire.»
Un año después de resolver los crímenes que aterrorizaron al pueblo de Baztán, la inspectora Amaia Salazar acude embarazada al juicio contra Jasón Medina, el padrastro de Johana Márquez, acusado de violar, mutilar y asesinar a la joven imitando el modus operandi del basajaun. Pero, tras el suicidio del acusado, el juicio debe cancelarse, y Amaia es reclamada por la policía porque se ha hallado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra destapará una trama terrorífica tras la búsqueda de la verdad.

Mi opinión:
Esta segunda parte me ha gustado más que la primera. Algunos de los fallos que le vi a la entrega anterior se han resuelto, otros siguen apareciendo, pero bueno, aún nos queda el tercer y último libro de los crímenes del Baztán, así que existe una última oportunidad para que tenga un cierre redondo.
La trama está conectada con El guardián invisible, pero es bastante independiente, aun así, yo recomiendo leerlos seguidos, más por la parte que toca a la vida personal de Amaia que por los crímenes en sí.
Si hay algo que hay que reconocerle a la autora es que escribe muy bien. Hay pasajes que da auténtico gusto leerlos, y eso siempre se agradece, sobre todo la gente que, como yo, también escribe, y lee para aprender y mejorar, aparte de para divertirse. Y otra cosa que ya dije en la reseña del libro anterior, la documentación sobre el trabajo policial y sobre el pasado y la mitología me parece fabulosa. Es curioso por ejemplo lo que cuenta del inquisidor Salazar, un hombre que investigó lo de las brujas en Baztán y no condena a ninguna, Amaia lo llama detective. Supongo que la elección del apellido de la protagonista está relacionada con esta persona.
La historia de esta novela se basa en la persecución de un asesino en serie que se hace llamar “Tarttalo”. Éste intenta desesperadamente llamar la atención de Amaia para que ella se haga cargo del caso y la involucra, con sus actuaciones, de un modo personal. Al mismo tiempo se produce unas misteriosas profanaciones en una iglesia, que resultarán estar relacionadas con el asesino. Me parece un acierto conectar dos líneas de investigación que, a priori parecen diferentes, sin embargo terminan siendo el mismo caso. Bien es cierto que yo desde el principio sospeché que iban de la mano, pero hay que reconocer que le da dinamismo al libro.
De nuevo se nos vuelve a introducir lo fantástico. A mí me encanta todo esto de la mitología y tal, aunque se hace raro en un libro que parece meramente policíaco. No obstante, aquí no es tan recurrente y explícito como en el primero, lo he visto más natural todo. [**SPOILER DEL PRIMER LIBRO*** Lo que me chirría un poco es que Amaia, después de saber a ciencia cierta que el basajaun es real, se resista a creer que puedan existir otro tipo de criaturas, a ver, si tú ya tienes una prueba de que esa criatura está en el bosque, ¿por qué sigues siendo tan cerrada de mente? ***FIN DEL SPOILER DE PRIMER LIBRO***]. También la brujería cobra mucha importancia, aunque creo que en el tercero aún será más relevante si las cosas toman el rumbo que sospecho que van a tomar.
Hay fragmentos que son bastante inquietantes, sobre todo los que tienen que ver con el pasado (hay saltos temporales, aunque menos que en el primer libro). A mí es que todo lo que tiene que ver con la madre de la inspectora Salazar me da mucho miedo, tanto que me acostaba después de leer estaba nerviosa no fuera que esa mujer apareciera para “comerme”. Es que me duele tanto que una madre pueda hacerle eso a su hija… Rosario es un auténtico monstruo. Y luego está el padre de Amaia, que no llego a entender por qué permite que las cosas lleguen al punto al que llegan en su casa, ¿cómo un padre puede hacerle pasar a su hija por lo que le hace pasar él a la protagonista? Me consolaría diciendo que es ficción, sin embargo, por desgracia, la realidad a veces la supera.
Amaia, debido a su pasado, es la encarnación de la resiliencia, sale adelante a pesar de todo por lo que tiene que pasar de niña, y es fuerte y decidida, excepto cuando se topa con su madre, algo que, en esta ocasión, no va a poder evitar… (ya no digo más, lo prometo).
En este libro tiene mucha importancia la historia personal de la protagonista, aunque gracias a Dios. no pasa como en el primer libro, que parece olvidarse de los casos para hablar del pasado de Amaia. Quizá precisamente porque en esta ocasión está totalmente intrincado con los casos que se investigan, el “Tarttalo” quiere llamar desesperadamente su atención. Además, gracias a esto, conocemos más a Amaia, se nos hace mucho más humana [***MINI SPOILER DE LA PRIMERA NOVELA*** sobre todo con su faceta de madre, pues al no poder atender a Ibai como ella quisiera se siente tremendamente frustrada, algo que nos pasaría a cualquiera al tener que compaginar la maternidad con el trabajo, y es que en España la baja por maternidad es corta, a ver a quién no le da pena dejar a una criatura de tan sólo cuatro meses*** FIN DE MINI SPOILER DE LA PRIMERA NOVELA***].
No obstante, aunque me parece una novela más completa que la anterior, sigo viendo tramas que se quedan cojas, y espero que las resuelva en la última novela. Por ejemplo, aunque la de Montes al final mejora, al principio es horrible, su presencia no tiene ningún sentido. Por otro lado, Flora en esta ocasión apenas tiene protagonismo, de hecho se esbozan ciertas cosas muy interesantes y, de repente, desaparece de la trama y no se vuelve a saber de ella… la de Zabalza, por otro lado, vuelve a quedar incompleta, se nos dice que es homosexual en la primera novela, pero ¿y qué? No tiene ninguna relevancia.
Y luego, algunos aspectos que me quedan “abandonados”. El padre de Amaia para mí es incomprensible, como ya he dicho, y quiero pensar que sus razones tendrá para obrar como lo hace, pero aquí no se entiende. También se insinúa algo acerca del agente Dupree, como que está desaparecido y que Amaia, al hablar con él, se “pone en peligro” de alguna manera. Pero a mitad de libro esta historia desaparece. Y por último, la relación amorosa de Amaia y James, tan perfecta en la primera parte, aquí se resiente, James se siente “abandonado”, y ella está tremendamente irascible al principio. Además aparece el atractivo (y pesado) juez Markina que está muy interesado en la inspectora. De todas maneras no se explota mucho este trío amoroso, veremos lo que sucede.
Así pues, lo que más me ha gustado es que engancha mucho, quieres seguir leyendo porque no sabes quién es el malo, tus sospechas van en una dirección, pero no estás segura. También que, como en el anterior, la jefa sea una mujer y sea la más competente de todos. Y, de nuevo, la documentación.
Lo que menos, esas cosas que deja olvidadas a mitad de la novela y que no retoma. Veremos si las resuelve todas al final.
Recomiendo esta novela sobre todo a aquellas personas que les guste el misterio y las historias policíacas, aunque como he dicho al principio, mejor si os habéis leído el primer libro.

Citas:
“No hay memoria tan precisa, tan vívida y evocadora como la que se recupera a través del olfato, y va tan unida a las sensaciones que se experimentaron junto al olor, que es sobrecogedor lo que se llega a recordar, incitada la mente por unas pocas notas de aroma”.

“No tienen ningún mérito ser fiel cuando lo que vemos no os tienta o cuando nadie nos mira. La verdadera prueba se presenta cuando aparece alguien de quien nos enamoraríamos de no tener pareja, alguien que sí da la talla, que nos gusta y nos atrae. Alguien que sería la persona perfecta  de no ser por qué ya hemos elegido a otra persona perfecta. Esa es la fidelidad”.