jueves, 14 de mayo de 2015

En punto muerto

Una canción de Extremoduro me acercó a este poema. Atraída por el significado del breve fragmento que recita Rober Iniesta en Standby lo busqué para leerlo entero. Y me gustó tanto que hay días grises como hoy que deslizo mis ojos por sus versos, empapándome de su verdad y de parte de la mía. Y me grito en silencio esa parte con la que tan identificada me siento:

'Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.'

Aquí lo dejo completo, y de paso actualizo por fin el blog, aunque esta vez no sean mis palabras, sí que son mis sentimientos.

Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.
Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.
Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.
Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.
Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.
Me entristecen quienes me venden clines
en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.
Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.
Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.
Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira.

Ideario. Francisco M. Ortega Palomares